lunes, 11 de mayo de 2009

¡Viva el libre desarrollo de la personalidad!


Eduardo Emilio Franco

Si quisiésemos cambiar el mundo del futuro, más fácil hacerlo a través de los niños que a través de los adultos, porque los adultos, como regla general, tenemos bien establecidos nuestra escala de valores. No es así con los niños. Actuando a través de ellos y, cambiando el paradigma de la sociedad, hoy día podemos comprobar el aborrega miento y la degeneración de los jóvenes que nos rodean.” Texto tomado de una carta de Theo Adorno y dirigida al Instituto Tavistock, según cita de Ahuman en: Woodstock, el Instituto Tavistock y la CIA, Beatles y la contracultura. (1)

El instituto Tavistock, al que hace referencia el artículo anterior, es parte de la columna vertebral del Club Bilderberg (Stulin, Daniel; La verdadera historia del Club Bilderberg). (2) y especializado en el comportamiento humano y control de masas (como se denomina a la población mundial de pocos o ningún recurso económico). ¿Ficción o realidad? De lo que sí estamos seguros es que las políticas estatales frente a la educación encaminan precisamente hacia el objetivo planteado en la cita del párrafo anterior.

No solo son los parámetros de formación en escuelas y colegios, sino también el manejo de los medios de comunicación como la TV y la Internet, tecnologías que han caído al dedillo a los intereses de quienes gobiernan y dominan el mundo.

Los colegios han sido penetrados por leyes que pregonan el “libre desarrollo de la personalidad” y bajo este pretexto miles de niños son condicionados, hasta el extremo de desconocer la autoridad de padres y profesores. El Estado cuenta además con “fieles servidores” que rastrean, amenazan y sancionan a quienes “incumplan o violen” las normas pertinentes. Caen también en esta trampa jueces (que por aplicación de las leyes y en muchos casos con decisiones subjetivas) resuelven fallos a favor de ese “libre desarrollo”. Igualmente familias e instituciones educativas que atemorizadas por la “acción de tutela” o “los organismos de control” han cedido en su autoridad.

No podemos olvidar que también fuimos jóvenes e igualmente maleables ante la moda y las expresiones culturales del momento, pero quienes vivimos épocas anteriores a los años 80 fuimos igualmente afortunados en formar parte de una generación levantada con valores inculcados desde la familia y desde la escuela. Privilegiados por docentes con actitudes críticas y reflexivas alcanzaron a sembrar en nosotros esa semilla que de alguna manera permitió no solo obtener el estatus actual, sino también entender el panorama histórico en el cual nos desenvolvemos.

Las generaciones que giran alrededor de los 80 y 90 tal vez alcanzaron a ser salpicadas y vivieron un proceso de transición, más no así las posteriores que, con pocas excepciones, año tras año han demostrado total decadencia.

Bien dijo Bertrand Russell: “Cuando las técnicas del control mental hayan sido perfeccionadas, cada gobierno que estuviera a cargo de la educación por más de una generación podría controlar sus ciudadanos firmemente sin ninguna necesidad para ejércitos o policías.

Ahora, ¿qué es lo que ha logrado el estado en los últimos años con la promoción automática y sus diferentes reformas?

“La promoción automática es un falso positivo cuyo único objetivo es mostrar resultados así estos sean una mentira” Manuel Arenas Rojas

Veinte años de adormecimiento en niños y jóvenes y la apatía en educadores y en padres. ¿Qué le puede esperar a un país que se sumió en la ignorancia y en los próximos años serán ellos las “masas activas de la sociedad”? Generaciones sumisas sin capacidades de reaccionar, criticar ni reflexionar. Atolondrados por programas sosos de televisión y enajenados por videos juegos que inclusive presentan las guerras como una diversión, generando insensibilidad frente a las realidades y crueldades de la vida.

Un alto porcentaje de nuestra juventud se debate constreñida entre la violencia sutil del Estado, como son las faltas de oportunidades, las muertes por hambre y enfermedades producto de la miseria, y los medios de comunicación a través de cuatro factores: sexo (como prostitución), droga, violencia y desinformación. La cultura del dinero fácil y de una vida intensa, aún sea corta, obnubilados por los placeres materiales sin importar los valores morales ni la preservación de la familia, no comprenden ni les interesa entenderlo, que son simplemente títeres de las grandes mafias, las que administran el poder mundial, las mismas que son productoras de cierto tipo de música, películas, videos y juegos, principales instrumentos de la manipulación.

Y es a través de estas que imponen la moda y el comportamiento, aleccionan a nuestros niños hasta el extremo que hoy tenemos muchachos de estilos muy “femeninos”, y muchachas con actuaciones muy “amachadas”, sin que esto implique necesariamente el llegar a la homosexualidad, es decir una transformación en la identidad de género que vuelca el paradigma de sociedad que teníamos. La misma familia, base de la sociedad, ya no es la formada por “papá, mamá, hijos” ahora son padres solteros o madres cabeza de familia, hijos que en el mejor de los casos son criados por los “abuelos” y en un alto porcentaje desconocen su linaje.

Y así, los jóvenes, además amparados por leyes que completan el cuadro execrable, exclaman “viva el libre desarrollo de la personalidad”.


Eduardoe may5/09


(1) Ver: www.clubbingspain.com/phpBB/viewtopic.php?f=23&t=45603

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