miércoles, 29 de abril de 2009

A propósito de la I.E. GENERAL SANTANDER

¿A QUÉ PROMOCIÓN PERTENECE USTED?

Eduardo Emilio Franco

Las vueltas y revueltas que ha dado el estado para “mejorar la calidad de la educación” (¿?) muestra a través de los años diferentes formas de obtener las calificaciones y presentar los informes o boletines de valoración.

Más que datos que sean interesantes, es una muestra de descalabros del sistema tratando de mimetizar problemas de fondo (como realmente podría ser una verdadera revolución en la metodología de la evaluación) así que he aquí algunos datos extraídos de los libros del Colegio (perdón, de nuestra Institución Educativa, como ahora se dice) y según consulta con algunas normas:

De 1951 a 1962: La nota definitiva se obtenía del promedio de unas parciales así: 1era previa (20%), 1er examen (examen semestral) 20%, 2da previa 20% y un examen final 40%. Las notas eran numéricas de 0 a 5 con dos decimales.

De 1963 a 1972: Se obtienen 9 calificaciones (una por cada mes) y equivalían al 60% de la definitiva y un examen final con un valor del 40%. Valoraciones numéricas de 0 a 5 con dos decimales.

Hasta aquí se perdía el año (lo que era muy escaso) con tres asignaturas con notas inferiores a 3. En caso de perder una o dos se podían habilitar pero la pérdida de una de ellas daba la pérdida del año.

En 1973 Se introducen los “cursos remediales” en lugar de las habilitaciones.

En 1974 y 1975: calificaciones de 1 a 10 en números enteros y la calificación de disciplina ya no es en números sino descriptiva: Buena, Regular, Mala. Ya no se habilita, se asiste a cursos remediales.

En 1976: Se presenta la valoración en la escala de 1 a 100 puntos (números enteros), y se aplica la promoción automática en primaria.

En 1977: se vuelve a la escala de 1 a 10 pero con un decimal y periodos de igual valor.

A partir de 1978 y hasta 1983, Se establecen los informes en 4 periodos con valoración diferencial así: primer periodo 10%, segundo 20%, tercero 30% y cuarto 40% respectivamente. Desaparecen los exámenes finales. Se reagrupan las asignaturas en áreas. Se pierde el año con tres o más áreas (lo que podría equivaler a perder 9 asignaturas) con menos de 6.

En 1984 se fija una escala apreciativa para la numérica así: Entre 9 y 10, Superior; entre 8 y 8,9 Bueno; entre 6 y 7,9 aprobado; inferior a 6, no aprobado. Además se establece que con un promedio de 7 se arrastra materias perdidas.

1994: a partir de la expedición de la ley 115 y el decreto 1860 se empieza a utilizar la escala Excelente, Bien e Insuficiente (E,B, I). Se integran algunas asignaturas y se forman áreas. Se habla de logros e indicadores de logros. Se realizan actividades complementarias sin importar el número de áreas perdidas. Sólo se reprueba en 6º, 9º y 11º por inasistencia o de persistir la insuficiencia después de realizar las actividades complementarias.

En 1999: Se aplican solamente 2 periodos.

Del 2000 al 2002 se retoman los cuatro periodos con E,B,I, y se introducen las actividades de recuperación y de superación

A partir del 2003, 4 Informes en bimestrales y un 5º informe final. Escala de valoración: Excelente, Sobresaliente, Aceptable, Insuficiente y Deficiente (E, S, A, I, D). Se pierde el año con 3 o más áreas pero sin que sobrepase el 5% de estudiantes de la institución. Se programan actividades de superación para los estudiantes que no estén dentro del 5% de repitientes pero así no las realicen o pierdan son promovidos.

Y Ahora a partir del 2010 la escala con la cual se expedirán los certificados será: Desempeño Superior, Desempeño Alto, Desempeño Básico y Desempeño Bajo, pero cada institución puede internamente expresar sus resultados en letras, en números o descriptivamente…, determinar cómo se pierde o cuando se es promovido…

Y todo lo anterior sin tener en cuenta la historia de no sé cuantas formas de habilitación, de cursos remediales, de actividades complementarias, de actividades de recuperación o de superación; de si son objetivos, logros, indicadores de logros, componentes o competencias, que si estándares, currículos, planes de estudio; etc., etc.,….

En esencia el meollo del asunto pareciera ser una problema de léxico, un gran repertorio de sinónimos o giros revueltos con numeraciones e interpretaciones según cada ocasión (o cada ministro de turno), pero lo único cierto en la historia de nuestra institución (que no dista mucho de cualquiera otra pública) el proceso ha sido de decadencia. El declive marca hacia bachilleres cada vez con menos condiciones académicas y menos posibilidades de desarrollo social, económico y humano. Esto simplemente es parte de la delicuescencia del sistema educativo.

Y a usted, ¿qué generación le tocó?

Eduardoe. Abril 28 de 2009.

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